PARTE
DIECISIETE
Daniel y Camila habían salido del
hospital, a ella ya la habían dado de alta, pero a sus bebés aun le faltaba
tiempo para que estuvieran completamente sanos. El niño fue el primero que lo
dieron de alta. El día que pudieron regresar los tres al rancho, en verdad
estaban muy felices, todos en la Malquerida hacían fila para conocer al niño.
-Camila como se llama el bebé- le
pregunto Luzma que cargaba con tanto cuidado por primera vez al bebé.
-Se llama Daniel, igual que su
papá y que su tío abuelo.- le contesto ella abrazándolo y dándole un beso al
hombre de su vida.
-Te dije, que no?- comento
Rodolfo al escuchar el nombre del bebé. –Ese chamaquito tendría el nombre del
papá, pos además esta igualito, ira nomas.-
-Y la niña, Camila, como sigue?-
pregunto Piedad
-Ay mi princesa- contesto con
nostalgia. –Pues espero ya ponto tenerla en casa, aun esta un poquito delicada,
pero ahí la lleva Piedad. Pronto también estará aquí con nosotros.-
-Y entonces, como se llama ella?-
le pregunto Rodolfo a Daniel
-Bueno, yo quería que se llamara
Camila, como su mamá, pero Camila no le gusto del todo, dice que no es muy
común que las niñas lleven el nombre de la mamá, que solo los niños usan mas el
nombre del papá, asi que como Daniel se llama ya su hermano, pues decidimos
llamarla Andrea… Pero aun sigo peleado por que se llame Andrea Camila-
-No mi amor, para que quiere dos
nombres si nada mas va usar uno, además Andrea me gusta, por que me trae muy
bonitos recuerdos de cuando te conocí como Andrés.-
-Pues a mí si me gusta- decía
piedad. –Si esta bonito, además así conocimos todos a Daniel. Bueno señora
Camila, las recamaras de los niños esta lista, anoche se la arreglamos los
muchachos y yo y se la dejamos bien bonita.-
-Muchas gracias Piedad, pero
ahora dime donde anda mi otra princesa, donde esta Agatha?-
-pues la señorita Viviana y el
señor Rafa llegaron esta mañana y se la llevaron al pueblo, que querían traerle
una sorpresa, entonces yo creo que ya no deben de tardar.- Les dijo Piedad.
-si, espero que no tarden por que
me muero por ver a mi princesa.
En ese momento la voz de Rafa se
escucho que venia entrando a la sala donde aun continuaban todos admirando y
apreciando al nuevo bebé. Camila al ver entrar a Rafa y Viviana con la pequeña
Agatha en brazos, se alegró mucho por las ganas que tenía de ver a la niña.
Vivi, que traía a la niña en brazos la soltó a medio camino para dejarla
caminar por si misma, Agatha tambaleando un poco se soltó de los brazos de Vivi
y camino hacia Camila, quien con el pequeño Daniel aun en bazos extendió una
mano para alcanzar a la niña que sonriendo iba hacia ella.
Daniel se puso tan emocionado de
ver a su hija caminar por si misma que la levanto del piso para cargarla y
llenarla de besos. Todos ahí presentes fueron testigo de ver a la niña caminar.
-Bueno, aprovechando que estamos
aquí. Interrumpió Camila.-Quiero decirles a todos que en cuando Andreita este
en casa, vamos a iniciar los preparativos del bautizo de los gemelos y de
Agatha. Ya platique con Daniel al
respecto, y quiere que yo sea madrina de Agatha, ya que es una forma de poder
ser como su segunda mamá. Pero queremos que Viviana y Rafa sean los padrinos de
los gemelos. Que dicen, aceptan?- Les preguntaba Camila a sus amigos, que al
escuchar la noticia se quedaron emocionados, que no tuvieron que pensarlo, su
respuesta fue inmediata, les dijeron que si y los abrazaron con emoción. Todos
los demás los felicitaron dándoles abrazos y besos a los nuevos padrinos.
Una semana después, Camila y
Daniel vuelven de nuevo del hospital, esta vez traía en brazos a Andrea, quien
por fin la había dado de alta y se encontraba muy bien de salud. Al igual que
cuando llego Danielito, también todos estaban muy emocionados por la llegada de
la bebé, todos se moran por abrazarla y cargarla, Camila con mucho cuidado la
coloco en los brazos de Piedad quien se había estado muriendo por verla y
cargarla desde que nació. La bebe estaba dormida, y así la empezaron a pasar de
brazos en brazos, para cuando la cargo Rodolfo, La niña abrió los ojos.
-Mira tú, la chamaquita tiene sus
ojitos verdes!- Dijo Rodolfo, entonces todos los demás, incluso los que ya
habían cargado a Andreita, se acercaron para verle los ojitos abiertos.
-Deberás! – dijo Dorotea
-Pos claro! Si La seño Camila los
tiene Verdes.- les decía Piedad.
-A dios, apoco si?- Pregunta
Rodolfo volteando a ver a Camila para verificar que en verdad tuviera los ojos
verdes.
A partir de ese momento empezaron
los preparativos para el bautizo de los tres niños, Camila y Daniel se
encargaron de llevar el control de todo lo que se necesitaba, y todos los
muchachos del rancho habían arreglado la capilla y la terraza para que fuera un
evento importante. Incluso Dante vendría de Chile a la fiesta.
Por fin llego el gran evento del
bautizo, todos los invitados estaban ya en la capilla, Rafa cargaba a
Danielito, Vivi a Andrea y Camila tenia en sus brazos a Agatha junto a Daniel.
El padre oficio la misa hasta que llego el momento del bautizo, donde Rafa,
Vivi y Camila cargaban a cada uno de los niños para el momento justo de
bautizarlos con el agua bendita cuando de pronto la voz de alguien se escucha a
lo lejos gritar.
-Esperen!-
Todos en la capilla voltearon
hacia la entrada, y para su sorpresa, en la entrada estaba Miriam, que venia
caminando hacia el altar.
-Que le están haciendo a mi
hija?- Preguntaba Miriam volteando a ver a Camila y Daniel que al verla entrar
se sorprendieron. Miriam se acercó a Camila para tomar a la niña de sus brazos.
Miriam casi arrebatándosela la jalo haciendo que Agatha empezara a llorar.
Miriam intento calmarla, meciéndola un poco, pero Agatha solo estiraba su
manita hacia donde estaba Camila sin dejar de llorar. Daniel entonces se acercó
para intentar tranquilizarla, cuando el se acerca, la bebe estira sus dos
manitas esperando a que su papá la cargara, estirándose mas hacia el. Pero
Miriam la abrazo mas fuerte y se voltio para alejarla de el. El llanto de
Agatha e intensificaba con el eco de la capilla, todo mundo se mantuvo en
silencio observando lo que sucedía.
Miriam por su parte intentaba
calmar a su hija, hablándole despacio repitiéndole que ella era su mamá, aunque
el tono que utilizaba era muy dulce, no le fue suficiente a Agatha para confiar
en ella. La niña empezaba a moverse intentando soltarse de Miriam, entonces
ella al ver que no podía calmarla, se la entrego a Daniel, la niña entonces se
aferro fuerte al cuello de su papá, y recargo su cabecita sobre su hombro, solo
así se pudo calmar.
-Que haces aquí?- Le pregunto Daniel en un tono demandante.
-Vine por mi hija.- Le contesto
Miriam.
-Por que después de tantos meses,
apareces apenas hasta hoy.-
-Perdóname Daniel por haberme ido
así, y abandonar a mi hija. Pero tenia que irme sola, tenia que aclarar mi
mente y mis sentimientos. Entiende que no fue fácil para mi.-
Entonces Camila interrumpe para
decirles.
-No creo que este sea el momento
para aclarar las cosas, estamos en una capilla.-
-Si, de eso me doy cuenta, pero
que pretendían hacer con mi hija. Daniel sabes perfectamente que yo soy Judía,
y para mi este ritual no es aceptable.-
-Bueno, también es mi hija y yo
soy católico, así que por eso permití que se le bautizara.-
-Pues para mi este bautizo no
tiene valor, pero esta bien, adelante, permito que la bauticen solo en
agradecimiento por haber cuidado de mi hija.-
Daniel la mira con coraje. El
comentario no le pareció apto, pero lo que no quería era seguir discutiendo,
así que ya no le dijo nada, Miriam tomo asiento en una de las butacas de la
capilla para presenciar el bautizo. Daniel se da la vuelta hacia el altar donde
le entrega la niña a Camila y junto con Rafa y Vivi continúan la misa.
Al salir de la capilla cuando
finalizo la misa, los invitaron se fueron hacia la terraza donde estaban todas
las mesas ya adornadas. La música comenzó a tocar y la gente se sentó a
disfrutar de la fiesta, entonces Daniel, Camila y Miriam aprovecharon la
oportunidad para irse a platicar, a la niña la dejaron en cuidados de Agustina
a quien la pequeña Agatha ya estaba acostumbrada y la quería mucho.
Ya dentro de la casa, los tres se
sentaron en la sala para discutir sobre el tema de Agatha.
-Donde anduviste todo este
tiempo?- Le pregunto Daniel bastante interesado en saber que había sido de ella
todos esos meses.
-Me fui a
España un tiempo, ¿recuerdas que te platique que tenia unos parientes en
Madrid?.. Pues estuve con ellos este tiempo. La verdad es que me fui por que
necesitaba estar sola, aclarar muchas cosas y la verdad que en ese momento no
me sentí capas de poder cuidar a mi hija como se debía.-
-Pero por que
nunca llamaste? Nunca supimos nada de ti!- Continuo Daniel.
-Si, ya sé que
debí haberlo hecho, pero no me atreví, desde hace tiempo que había planeado
regresar, pero luego tuve un problema de salud que me impidió viajar, pero en
cuando el medico me autorizo viajar, me vine. Me moría de ganas de ver a mi
hija.-
-Piensas
llevártela a Chile?- Le pregunta Camila preocupada
-Pues si, esa
es la idea, Agatha es mi hija y debe estar conmigo. Y Yo no tengo nada que
hacer aquí en México, no tengo a nadie, así que lo mejor será que nos vayamos a
nuestro país.-
-Y cuando
piensas irte?- le pregunto Camila
-No se, espero
que sea pronto.-
-No, Miriam, no
te puedes llevar a mi hija de México.
-Claro que puedo! Agatha es mi
hija Daniel. Tu ya tienes una familia. No pretendas quitarme a la mía también.-
-No claro que no, siempre supimos
que algún día regresarías, pero… Piensa en Agatha, tu eres una extraña para
ella, no te la puedes llevar así nada mas. Viste como se puso en la capilla,
ella no te reconoce.-
-Bueno, ya lo hará!- Le contesto
Miriam poniendo un punto final a la conversación.
-Daniel.- interrumpe Camila.-
ella tiene razón, aun es pequeña y pronto se adaptara. Pero Miriam, si me lo
permites, e gustaría ofrecerte que te quedes unos días en la Malquerida en lo
que la niña se va acostumbrando a ti. Así puedes pasar mas tiempo con ella sin
que Agatha sienta que eres una extraña. Puedes quedarte todo el tiempo que sea
necesario. Hazlo por la niña, no se merece que le arrebates todo lo que ella
conoce hasta ahorita.-
Miriam se quedo pensativa, estaba
pensando la propuesta de Camila, en verdad era egoísta de su parte quererse llevar
la niña así de un día a otro sin tomar en cuenta los sentimientos de la
pequeña.
-Tienes razón Camila, no voy a
ser egoísta, te agradezco mucho lo que estas haciendo por mí.-
-Bueno, también lo hago por
Agatha, es una bebé hermosa y muy linda. Se convirtió en parte de esta familia
desde el primer día, yo la quiero como si fuera mía… Pero bueno, por que no
volvemos a la fiesta? Están todos nuestros invitados esperándonos.-
Los tres salieron de la sala
hacia la terraza donde la fiesta se llevaba a cabo, todos bailaban y jugaban
con los bebés, Agatha bailaba con Rafa tomándola de las manitas y aunque el
baile de la niña era solo subir y bajar, a Rafa le resultaba muy divertida
verla con su vestidito largo. Miriam se sentó en una de las mesas donde la única
persona que reconoció fue Dante, lo cual le dio seguridad estar cerca de el.
Dante y Miriam aprovecharon el
momento el momento para platicar sobre todo lo ocurrido y de como ella se había
ido dejándole a Agatha, el como se tuvo que regresar solo y lo asustado que estuvieron
todos de no encontrarla. Miriam le explico lo que había pasado y se disculpo
por haber hecho pasar por ese momento. Al final de cuentas Dante se alegraba
que ella estuviera bien y que hubiera regresado.
Al caer la tarde, la mayoría de
la gente ya se había ido, aun quedaban algunos amigos cercanos, especialmente
la gente que vivía dentro de la Malquerida. Entonces la música se puso mas
lenta, la gente ya solo se quedaba platicando, entonces Daniel aprovecha que
ponen una canción lenta y saca a Camila a bailar, en medio de la pista estaba
los dos abrazados dando pasos lentos y disfrutando de la canción y de estar
juntos. Miriam no pudo evitar verlos, el principio le resulto incomodo verlos,
trato de disimuladamente voltear a otro lado, Dante noto ese momento incomodo
de ella y aprovecho para tratar de hacerle platica y hacer como si no pasara
nada.
-Estas bien?- le pregunto Dante
mientras Daniel y Camila seguían bailando en medio de la pista.
-Si, solo que me costara trabajo
acostumbrarme a esto-
-Lo hará. Te sorprenderías saber
a que cosas se llega a acostumbrar uno.-
-No se si algún día me acostumbre
del todo, por eso espero no tener que estar aquí mucho tiempo.