jueves, 27 de septiembre de 2012

PARTE DIECISEIS







PARTE DIECISEIS

 

Mariano entro a la habitación de Camila donde Doña Agustina estaba sentada a un lado de su hija acariciándola de la frente y mirándola con ternura, deseando que su hija en ese momento despertara sin ningún malestar.

-Buenos días señora, como le va? Como sigue Camila?-

-Hola Mariano, pues yo estoy bien gracias, pero Camila sigue dormida todavía, al parecer en un rato mas van a venir los doctores a ponerle un medicamento que esperan que con ese pueda reaccionar y despertar pronto.-

-Y como están los bebés?-

-Siguen muy delicados, antes de venir a ver a Camila pase a verlos y la enfermera me dijo que están muy delicados, ahorita necesitan respirador artificial aun no tiene la fuerza para respirar por si solos… Pobrecita de mi hija ha pasado por tantas cosas-

-Si lo se- le decía Mariano poniendo un brazo sobre su hombro para brindarle su apoyo.

 

Daniel mientras iba rumbo a la cafetería con Viviana y Rafa, les pidió que primero quería ir a ver a sus hijos. Al llegar a los cuneros, había dos cajitas transparentes en donde dormía cada uno de sus bebés, estos conectados a tubos que salían de sus pequeñísimas boquitas. Todo el escenario era muy triste, Daniel deseaba poder tocarlos, pero se veían tan frágiles que también le daba temor. Los observaba con tanto amor que parecía que el tiempo se había detenido. Después de un rato se despidió diciendo que pronto volvería para llevarlos a casa junto con su mamá.

Después de la visita a sus bebés, en la cafetería Daniel le conto a Rafa y Viví que tenia las pruebas para poder encarcelar a Dionisio, pero que con lo sucedido no había podido ir a levantar una denuncia.

-No te preocupes Daniel, Viví y yo podemos ir a la delegación, espero que pronto puedan detenerlo, después de lo que le hiso a Camila, es lo menos que se merece.-

-Si muchas gracias Rafa, en verdad que ahorita no tengo cabeza para nada, lo único que me interesa es que Camila y mis hijos se pongan bien.-

-Se pondrán bien Daniel, Camila es muy fuerte y tus bebés tiene a Camila y a ti de papá, por lo tanto también son muy fuertes. Después de todo lo que han pasado, siguen luchando, tus bebés serán igual de luchones.- Le decía Vivi dándole las palabras de aliento

-Gracias Vivi. Aunque para serte sincero, siento que mi mundo se me esta derrumbando, necesito a Camila para sentirme fuerte, para seguir luchando, sin ella no se si pueda.- En ese instante Daniel agacha la cabeza y empieza a llorar. Todas las preocupaciones lo estaban abrumando al punto de sentirse vencido. Viví se levanto de su silla y lo abrazo, dejándolo que se desahogara en su hombro, mientras que Rafa, le ofrecía su brazo firme sobre su hombro en señal de apoyo a su amigo.

Ya en la habitación de Camila, uno de los médicos junto con una enfermera entraron a revisar a Camila. La enfermera empezó a preparar una jeringa que inyecto sobre el tubo del suero que tenia Camila. Daniel mientras tanto venia entrando, justo a tiempo para escuchar la explicación del medico sobre los efectos secundarios de la medicina.

-Hay que estar atentos a su respiración, uno de los efectos secundarios puede ser un paro respiratorio. Pero espero no tengamos ningún problema, si solo sale bien, probablemente mañana en la mañana ya este despertando. Si despierta entonces el problema habrá pasado.- les decía el doctor, Daniel puso extremada atención en las indicaciones, ya que había decidido no separarse de ella ni un solo momento.

Después de aplicarle el medicamento, el medico salió de la habitación, entonces Agustina y Mariano, también salieron para dejarlos solos. Daniel se quedo junto a Camila acariciándole el cabello, quedándose lo suficientemente cerca para escuchar su respiración.

Las horas pasaban, Daniel seguía a un lado del amor de su vida sin quererse separar ni un momento, hablándole al oído lo mucho que la ama, platicándole lo hermosos que son sus hijos. Pero Camila solo seguía dormida, parecía no reaccionar a nada. Al llegar la noche el cansancio y el sueño lo vencieron, pero no fue pretexto para alejarse de ella, solo acerco uno de los sillones y se quedo dormido con la cabeza sobre la cama y tomado de la mano de su mujer. Por la madrugada Camila empezó a abrir los ojos aun muy débil y tratando de ubicarse, aunque la habitación estaba obscura, la luz de la luna alcanzaba a reflejar la suficiente luz para que Camila pudiera ver a Daniel dormido con su cabeza recostada sobre la cama. Camila levanto lentamente su brazo para poder tocarlo y acariciarle el cabello, entonces Daniel al sentir su caricia despertó y al verla despierta a ella, se levanto contento dándole un beso en la frente, tratando de no moverla mucho.

-Como te sientes mi amor?- le pregunta tomándola de la mano.

-Con dolor de cabeza- Le contesto al mismo tiempo que se llevaba su mano a su vientre, y al darse cuenta que sus bebés ya no estaban ahí empezó a alterarse, a quererse levantar para ver lo que le había pasado a su cuerpo. Daniel trataba de tranquilizarla, pero al ver que Camila ignoraba sus advertencias, el la tomo por las mejillas dándole un beso en los labios para llamar su atención, entonces él le contesta.

-No pasa nada mi amor, ellos van a estar bien!-

-Donde están mis bebés?- le pregunto llorando.

Entonces Daniel le tuvo que explicar que tuvieron que nacer antes, pero que estaban siendo atendidos muy bien.

-Quiero verlos Daniel, llévame a verlos-

-Ahorita no puedes, estas muy débil. Recuéstate, te prometo que mañana hablare con el medico para llevarte a verlos.-

Camila insistió varias veces que la llevara, pero después de  un rato, el dolor de cabeza parecía hacerse mas fuerte, que tuvo que llegar una enfermera para medicarla, esto la convenció de tener que esperar hasta que amaneciera para poder ir a ver a sus hijos. El medicamento dejo a Camila casi adormilada, pero tranquila, Daniel entonces le empezó a platicar lo hermosos que eran los gemelos y la sorpresa mayor que eran un niño y una niña. Cuando ella escucho esa noticia entre su debilidad y casi a punto de dormir, Camila sonrió y se quedo dormida.

Ya en la mañana, Camila despertó mas tranquila, el medico la reviso y le puso otros medicamentos en el suero, entonces ahí ella aprovecho para pedirle al doctor que la dejara ver a sus bebés, el doctor acepto y le mando una silla de ruedas para que Daniel la pudiera llevar a los cuneros. La enfermera la dejo pasar hasta donde tenia las encubadora, Camila pudo meter su mano para tocar la espaldita de cada uno de sus bebés y no pudo evitar llorar al verlos tan chiquitos, pero a su vez le daba alegría el por fin poder conocer a esas personitas que crecían dentro de ella.

La recuperación de Camila fue rápida, mas pronto de lo que el medico esperaba, mientras estaba ella hospitalizada, iba todos los días a visitar a sus bebés. El niño crecía muy bien, al igual que su mami, también pronto empezó a evolucionar, sus pulmones se desarrollaron rápido y antes que su hermanita, el niño dejo el respirado artificial y comenzó a ganar peso. Una tarde, la enfermera por fin dejo que Camila abrazara a su bebe, poniéndolo sobre su pecho para que el calor de su mamá lo mantuviera abrigadito, Daniel a un lado de Camila tocaba a su bebé por primera vez, dándole un besito en su cabecita y disfrutando de ese momento. Pero la felicidad de ambos no era completa, por otro lado la bebita seguía muy débil, aun no podía respirar por si sola y parecía que había dejado de crecer, aun estaba rodeada de tubos. Al dejar a su primer bebe de nuevo en su cunita, la enfermera les dio la mala notica de que la bebé estaba muy enfermita, que su corazoncito estaba tan débil que probablemente no podría sobrevivir la noche.

La noticia fue terrible para los dos, Camila se tiro al llanto en los brazos de Daniel, el lloraba mas en silencio solo besando la cabeza de su mujer que se había refugiado en el.

-Mi niña, Daniel, mi bebita no quiero que se me muera- lloraba Camila. Él solo la consolaba abrazándola fuerte.

Durante la noche, Camila no quiso regresar a su habitación, era la ultima noche que ella se quedaría, por que a la mañana siguiente la darían de alta. Prefirió quedarse a lado de su bebita y Daniel con ellas. Fue una noche difícil, Camila acariciaba la espaldita de su hija hablándole y diciéndole cuanto la ama, dándole fuerzas para luchar y ponerse bien. Y aunque la bebé estuvo tranquilita toda la noche, Camila no dormía mas de 10 minutos de vez en cuando y solo porque el sueño la vencía en algunas ocasiones.

Llego la mañana y el sueño había logrado vencer a Camila y Daniel que se habían quedado en un sillón junto a la encubadora. La enfermera entonces los despertó con la noticia de que la bebé había estado estable toda la noche.

-Aun no esta fuera de peligro señora, pero la bebé paso una noche tranquila a comparación de lo que esperábamos, si la situación sigue así, tal vez hay una esperanza de que se salve- Le decía la enfermera con un tono de esperanza para ambos. Camila se puso tan contenta que se acercó a su hija para decirle que estaba muy orgullosa de ella por aferrarse a la vida.

-Mi vida, hija mía estoy muy feliz por que se que eres fuerte y te vas a poner muy bien- Le lloraba Camila con alegría y esperanza de que sus palabras fueran profecías.

-Hija, yo se que pronto estaremos juntos de vuelta en casa, tu eres muy fuerte, eso lo sacaste a tu mamita, por eso se que pronto saldremos de esta.- Daniel le decía a su hija.

-Señora, ya le tiene nombre a sus hijos?- le pregunto la enfermera. Camila voltea a ver a Daniel le sonríe y le contesta:

-Si, ya los tenemos.-

2 comentarios:

  1. otra ves les gane jajajajaja ya quiero la prte diecisiete que el niño se llame daniel o andres y la niña camila o daniela jajaja que bien ,la siguiente parte rapido porfiss

    ResponderEliminar
  2. Ya quiero saber el nombre de los bebeeees !!!!!!! Ay siempre me dejas con unas ganas inmensas de leer la parte siguiente!!! Porfa no te tardes en subir la parte 17 :D

    ResponderEliminar